Los orígenes de la marca están en una farmacia, la de Paul C. Beiersdorf en Hamburgo.
En 1882 Paul C. Beiersdorf solicitó una patente para un nuevo tipo de vendaje médico y, al hacerlo, fundó la empresa Beiersdorf. Ocho años más tarde, vendió el negocio a un compañero farmacéutico llamado Oscar Troplowitz que comenzó a fabricar productos con el nombre de la marca Beiersdorf. La estrecha cooperación con el dermatólogo pionero Paul Gerson Unna dio como resultado que estos productos se inspiraran y basaran en las investigaciones dermatológicas más recientes.
Esta combinación de investigación y desarrollo ha transcurrido a lo largo de nuestra historia, hasta nuestros días.
Significa que cada uno de nuestros productos no sólo es científicamente relevante sino que se ha probado para determinar su tolerabilidad y eficacia, proporcionándole a usted soluciones fiables para diferentes tipos de preocupaciones y problemas dermatológicos.