La exposición al sol, tanto prolongada como diaria, desencadena un proceso llamado fotoenvejecimiento, causado por el estrés oxidativo. No deben subestimarse los efectos del sol sobre el envejecimiento de la piel en general.
"El 80% del envejecimiento prematuro de la piel es resultado de los efectos nocivos de los rayos UV".
Aunque la piel tiene la capacidad de protegerse a sí misma del sol a través del bronceado y el engrosamiento de la epidermis, hay un límite que varía de persona a persona, que una vez superado da lugar a un daño permanente en la piel y a la aceleración de los signos de envejecimiento.
Cada vez que nos exponemos al sol, incluso en invierno, la piel se expone a la radiación UV nociva. Lea más aquí acerca de los efectos de los rayos UVA y UVB sobre la piel. Esto puede dar lugar a bronceado, quemaduras de sol, pigmentación desigual, envejecimiento de la piel y en los peores casos, incluso cáncer de piel. Se necesita una estrategia comprometida de protección solar para reducir los efectos nocivos del sol. La incorporación de productos FPS apropiados en la rutina diaria de cuidado de la piel es útil. El protector solar adecuado debe elegirse en función del tipo de piel, el tipo de pigmentación y la intensidad del sol en la ubicación actual. Lea más acerca de protección solar facial.