
La piel corporal puede llegar a sensibilizarse por varios motivos, desde factores medioambientales como la fluctuación térmica hasta desencadenantes internos como cambios hormonales. Mientras que algunas personas están predispuestas a los brotes de esta condición, se trata de una situación muy impredecible que puede aparecer en cualquier momento de la vida de una persona. También puede aparecer en cualquier lugar del cuerpo, y es importante comprender que la "piel sensible" no es anormal, y mucho menos una enfermedad.
Si bien no existe ninguna cura real para la piel sensible, puede ser tratada y minimizada a través de su conocimiento. Es posible abordar la condición de manera efectiva mediante el entendimiento de su "lenguaje", junto con el de las causas de la piel sensible y los estímulos que pueden empeorarla.